Hola, qué tal. Feliz año, antes que nada.
Feliz año para ustedes, pero también para mí. Y es que este enero de 2023 cumplí un año desde que comencé a trabajar para Felicidad 🙂
Increíble cómo la búsqueda por encontrar algo diferente, que quizás no podía terminar de definir, que no sabía si existía, pero sí sabía exactamente por dónde no era, me llevó a toparme con Felicidad. Qué gran nombre, ¿no? Tanto como para hablar de eso en otro post.
Estuve en crisis con aquello a lo que me había dedicado casi 20 años de mi vida, no sabía realmente cómo alinear lo que me pasaba, mis luchas, mis creencias y todos los cambios que había tenido como persona en una industria que para mí no se había repensado y reformulado tanto en esas dos décadas: la publicidad.
Pero un día, en un almuerzo de sol casi sin querer queriendo me encuentro con Chacho y Pilu y escuché en ellos las preguntas que me hacía a mí misma. Vi en ellos las preocupaciones, las contradicciones, las ganas, la voluntad, la fuerza… Sí, estoy hablando de cómo cambiar el mundo para bien, y cómo podemos usar el conocimiento y bagaje de cada uno (de todos nosotros), para hacerlo.
Unos meses después de esas papas bravas, mi trabajo y lo que realmente era importante para mí, ya no estaban más en conflicto.
Conocí marcas, y las personas detrás de ellas, que me hicieron cambiar de opinión y poder creer en un horizonte. Porque, como dice Yuval Noah Harari (ídolo, capo total), el mayor problema al que nos enfrentamos es el colapso de la cooperación humana. No es el cambio climático, ni la crisis económica, ni la no regulación de las inteligencias artificiales. Sin cooperación, no podemos resolver ninguno de estos complejos problemas a los que debemos enfrentarnos. Y si hay algo que definitivamente experimento con Felicidad, es la cooperación humana, entre nosotros y con los otros.
Y aunque me tomó bastante tiempo aceptar, darle espacio y voz a lo que sentía, más me costaba asistir, pasiva, a un trabajo que no colaboraba al mundo ni a mí, creyendo erróneamente que no tenía ni arte ni parte en el asunto de cambiar las cosas.
Personalmente, necesito sentir que estoy haciendo algo valioso, algo útil, que estoy ayudando de alguna manera, que estoy intentando de algún modo redirigir el mundo hacia eso que deseo y que indefectiblemente, necesito. Me atrevo a decir también que esto de personal no tiene nada. Esto es colectivo.
Ayer Chacho dijo algo que me quedó dando vueltas, porque creo que dice mucho de nuestra visión. A contramano de todas las organizaciones que quieren diferenciarse, que quieren ser únicas, que se protegen de que las imiten, Felicidad quiere que haya muchas más Felicidades. Un modelo open source, una forma de trabajo, un movimiento más consciente que se esparza, que se haga grande y poderoso y que cada uno pueda encontrar como yo encontré, la forma de su Felicidad.
Chin chin.
Mirna.
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Gracias Mir! Sos lo más!